7 de enero de 2011

Y es por amor

Todos los caminos conducen a ti

Cuando te veo siento que el mundo se estremece. Vago por escenarios fantasiosos que me remiten a mi niñez, sintiendo que es más que una princesa quien está frente a mí. Me vuelvo y allí estás, con tu mirada brillante y las luces pasando como estrellas fugaces frente a tus ojos.

Me tomas de la mano y es prácticamente cobijarme con un cariño que no tiene nombre; sin embargo, posee el gesto una fuerza tal que inicia las rotaciones y los días. Esa protección y seguridad es justamente un hogar, sólo en el tacto de tu piel.

Si tengo ocasión de escuchar tu voz, recreada en cada segundo de mis días, se entona una canción bella. Cada palabra que pronuncias es un remedio y una solución para todos los enigmas. La paz que conlleva saberte viva me enorgullece como nunca me había sucedido. Es inigualable la sensación.

Y un beso tuyo... Sólo puedo resumir que el viaje al firmamento y de regreso es tan lento y al mismo tiempo tan rápido que no me doy cuenta si ya reviví o si apenas estoy naciendo. Recibir el amor de tus labios es abrir los ojos a un obsequio milagroso de la vida.

Pero tu aroma, esa fragancia que es la envidia de todas las flores y las esencias del mundo, me enerva y rapta. Se introduce una energía quieta y latente, un olor suave y adictivo, en cada poro, en cada respiración. Vaya fortaleza tiene esa magia.

Y es por amor, Mi Vida, que mis sentidos se pierden en ti; mi razón navega por sitios que no conozco y mis latidos siguen perteneciéndote cada vez más. Es por amor que los segundos se extienden y las horas son una bebida dulce. Es por amor que no sólo estas líneas, sino el sentimiento que las genera, va hasta donde tú estés para relatarte que eres lo más bello y magnífico que existe.

Es por amor que estoy aquí, luchando y sintiendo tu paz, tu calor, tu amor.

Y es por amor que estamos juntos... y siempre lo estaremos.

A ti, mi gran inspiración para que los días sean mágicos y bellos. Siempre, gracias

6 de enero de 2011

Presente en mi sangre

Tú eres el remanso de sombra en un día caluroso y agreste

La vida me ofrece caminos inciertos,
anónimas sendas de dudas y miedos.
Sin conocer fines a tales trayectos
navego sin remos, derivando quedo.

Más que los consejos, escucho las risas,
críticas punzantes y escenarios crueles.
Se me van de pronto las sinceras brisas
de quien con amor me anima y sostiene.

Respiro cansado, mi espalda contracta.
Mis ojos sin sueño y el hambre implacable.
Parece que caigo, mas la esencia intacta
escucha un susurro aunque lejos hable.

Es tu voz, Dulzura, pues en lontananza
levantas la fuerza del humano sordo.
Y una sola estrofa es la que se abalanza
para hacer que vuele con tu amor a bordo.

¿Qué has visto, Mi Vida, en tus noches suaves,
cuando somnolencias vagan por tus ojos?
¿Acaso a tu amado, flotando cual ave,
derribando hielos, venciendo al enojo?

Tu piel, Ángel Mío, suave como nube,
es calor ansiado en este frío invierno,
yace entre suspiros que al éter ya suben
guardando el secreto de un amor eterno.

Presente en mi sangre, aun camine lejos
por páramos secos y estériles montes,
me abrazo a tu nombre, sonriendo perplejo,
feliz en tus ojos que son mis dos soles.

¿Adónde huyó el viento de la duda oscura?
¿Se evaporó el vaho de la ira absurda?
Los deshizo el beso que viaja en penumbras
uniéndonos vivos, que el cariño abunda.

Te amo y lo siento, lo digo y lo canto,
lo escribo en las letras que laten sin mente.
Voy saliendo a ti, Dulcísimo Remanso
porque en tu latir permanecemos siempre.

Estaremos juntos, pase lo que pase.
Ya se hizo el designio por la Eterna Mano.
Esta unión es la que un milagro hace:
nois otorga alas, de ángeles humanos.
Insisto en ternerte, presente en mi sangre,
que vida nos damos al decir "te amo".

A ti, con amor desde el fondo de mis latidos.