
Cuando pienso en ti de pronto no sé qué me sucede.
Quedo estático, sin argumento que formular ni tema que debatir.
Se cierran todas las posibilidades de escape y no existe salida alguna.
Pierdo la articulación de las palabras que necesito decir y se quedan en mi boca.
Cuando pienso en ti parece que no tengo dominio de mí mismo.
Formulo una y mil conjeturas sobre qué pensaras en ese instante.
Dejo todo lo que hago y fraguo estrategemas para desaparecer de la cotidianidad.
Empiezo a ver tonalidades que no conozco, dándoles nombres nuevos.
Cuando pienso en ti me convierto en artista.
Del aire obtengo un pincel con el que trazo tu rostro.
Con el agua humedezco mis manos para esculpir los contornos de tu piel.
La luz del mismo día y la noche, hechos uno, emite sonidos que son notas para tu canción.
Cuando pienso en ti abro los ojos por completo.
Veo pasado, presente y futuro conjugados de manera sólida.
Existe una especie de ajuste que hace evidentes las figuras míticas.
Cada órbita de los planetas va dibujándose ante las pupilas dilatadas.
Cuando pienso en ti soy un hielo frente a un estallido solar.
Siento que tus labios tejen un puente con los míos, con un sabor a té verde.
Un calor intenso se apodera de mi cuerpo, cual magma del centro de la Tierra.
Mis latidos rasgan las paredes de mi interior, queriendo escapar para buscarte.
Cuando pienso en ti no camino.
El suelo es un lago quieto de aguas cristalinas, donde sobrevuelo entre la bruma y el aire.
Me convierto en un navío del cual eres timonel.
Derivo entre cada nube y no quiero aterrizar.
Cuando pienso en ti caigo en la realidad...
En la realidad de que soy tuyo, desde el instante en que tus ojos se posaron sobre mis pasos, sobre la mirada antes fría y agresiva, sobre el silencio que a tu lado es música.
Cuando pienso en ti me embriago de paz, de felicidad; me embriago de ti.
Cuando pienso en ti...
A ti, la mejor idea materializada en mente y forma
Quedo estático, sin argumento que formular ni tema que debatir.
Se cierran todas las posibilidades de escape y no existe salida alguna.
Pierdo la articulación de las palabras que necesito decir y se quedan en mi boca.
Cuando pienso en ti parece que no tengo dominio de mí mismo.
Formulo una y mil conjeturas sobre qué pensaras en ese instante.
Dejo todo lo que hago y fraguo estrategemas para desaparecer de la cotidianidad.
Empiezo a ver tonalidades que no conozco, dándoles nombres nuevos.
Cuando pienso en ti me convierto en artista.
Del aire obtengo un pincel con el que trazo tu rostro.
Con el agua humedezco mis manos para esculpir los contornos de tu piel.
La luz del mismo día y la noche, hechos uno, emite sonidos que son notas para tu canción.
Cuando pienso en ti abro los ojos por completo.
Veo pasado, presente y futuro conjugados de manera sólida.
Existe una especie de ajuste que hace evidentes las figuras míticas.
Cada órbita de los planetas va dibujándose ante las pupilas dilatadas.
Cuando pienso en ti soy un hielo frente a un estallido solar.
Siento que tus labios tejen un puente con los míos, con un sabor a té verde.
Un calor intenso se apodera de mi cuerpo, cual magma del centro de la Tierra.
Mis latidos rasgan las paredes de mi interior, queriendo escapar para buscarte.
Cuando pienso en ti no camino.
El suelo es un lago quieto de aguas cristalinas, donde sobrevuelo entre la bruma y el aire.
Me convierto en un navío del cual eres timonel.
Derivo entre cada nube y no quiero aterrizar.
Cuando pienso en ti caigo en la realidad...
En la realidad de que soy tuyo, desde el instante en que tus ojos se posaron sobre mis pasos, sobre la mirada antes fría y agresiva, sobre el silencio que a tu lado es música.
Cuando pienso en ti me embriago de paz, de felicidad; me embriago de ti.
Cuando pienso en ti...
A ti, la mejor idea materializada en mente y forma
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